CRÓNICA. El Plasencia ganó al Novaschool a medio gas (74-62)
74. Plasencia Extremadura: Jansen (16), Cuesta (9), Vargas, Loncarevic, Mario Álvarez (5) –cinco inicial-, Blázquez (21), Diego Pérez (23) y David Rubio.
62. CB Novaschool: Berni García (11), Guerra (10), Fidalgo (11), Gazquez (10), Jorge Rodríguez (14) –cinco inicial-, Román (2), Álvaro López, Osama Pérez (4) y Gueye.
Parciales: 15-21, 43-32, 47-52 y 74-62.
Árbitros: Estévez y Pérez.
Incidencias: Pabellón Ciudad de Plasencia, 400 espectadores.
Juan Carlos Ramos
Otra vez parece que el Plasencia Extremadura impuso su condición de vigente campeón para sacar un partido adelante a pesar de que ni mucho menos desplegó un baloncesto brillante. En varias ocasiones tuvo que ir a remolque en el tanteo e incluso superó algún que otro momento crítico para no decir adiós a la victoria. Especialmente en el tercer cuarto, que cerró con sólo cuatro puntos. Si los parciales duraran 12 minutos en vez de 10, está claro que la victoria hubiera volado a tierras malagueñas, ya que el equipo de Jesús Porras estaba completamente noqueado.
El partido ya no arrancó bien. El Novaschool rápidamente se puso diez arriba (5-15) aprovechándose de la falta de aportación de Mladen Loncarevic, que demostró no haber superado su lesión. Pablo Fidalgo martilleaba desde el exterior y sólo Lars Jansen era capaz de intercambiar golpes con aciertos. La mejor versión del base holandés permitió que el Plasencia se fuera sólo seis abajo al final del periodo 15-21.
El Plasencia fue Mr. Hyde y en el segundo cuarto volvió a ser el Doctor Jekyll, rememorando los mejores momentos de la última final entre estos dos equipos. Jansen seguía acertado de cara al aro, Diego Pérez ponía la lucha bajo los tableros ante la ausencia de Loncarevic y el veterano Pedro Blázquez, y ya van unas cuantas, tiró del carro a base casta y pundonor. Un parcial de 29-10 dejaba el marcador en un 40-30 que dejaba la victoria encarrilada con algo más de veinte minutos por jugarse.
Sin embargo, tras el descanso, volvió la pájara de los instantes iniciales, esta vez agravada por mil. La intensidad malagueña, sumada a las pérdidas, la precipitación y los errores de circulación de balón impulsaron al Novaschool a voltear el marcador hasta el 47-52. Con el Plasencia grogui, la campana le salvó del knock-out.
El repaso en banquillo de Jesús Porras a sus hombres debió ser importante, porque los últimos diez minutos volvieron a ser aceptable rozando a notables. Seguían anotando los mismos –Blázquez, Jansen y Pérez-, pero al menos Mario Álvarez y Marc Cuesta destaparon su jarro particular de esenciar para aportar su granito de arena y allanar el camino a la victoria placentina (74-62).
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