A todo hay que mirar el lado bueno. A pesar de completar su
partido más gris en los últimos tres meses, la UP Plasencia sigue con vida en
la fase de ascenso a Segunda B. La derrota en casa por 1-2 hace que las
constantes vitales no sean demasiadas altas, pero sigue teniendo en su mano la
posibilidad de acceder a la tercera ronda. Eso sí, en el Portugalete no le
bastará otra cosa que ofrecer su mejor versión, algo que no hizo este domingo
en el Municipal.
Y a pesar del 0-2 en los primeros trece minutos, el
Plasencia tuvo ocasiones para completar la remontada. El Portu aprovechó las
suyas y la UPP no, pero el debate deber se otro. El equipo placentino fue un
flan tras encajar el primero y cuando recibió el segundo -y más adelante cuando
jugó con uno más- le faltó calma para madurar la jugada y pausa para encontrar
la mejor opción en ataque.
Y eso que la cosa empezó realmente bien, con Aarón
cabeceando un saque de esquina en el larguero y con Karim poniendo en jaque a
los centrales. Primero, le sobró fuerza al asistir a Pedro Gilarte cuando
llegaba solo y luego se echó el balón adelantado cuando se presentaba en el uno
contra uno ante Mediavilla.
Y casi a continuación, llegó la debacle. En el 12, el 0-1.
La UPP dejó tocar en corto una falta en la frontal, Garmendia centró desde la
derecha y Cubería remató picado a la red.
El Plasencia, descompuesto, pedía por un tiempo muerto, pero
el Portugalete aprovechó que esto es fútbol. Un minuto después, el 0-2, tras un
contragolpe por la zurda conducido por Artabe y Arbeloa. Ukerdi disparó desde
la frontal ajustado al palo y puso el segundo para los visitantes.
A partir de ahí, el Portugalete controló a su antojo el
tempo del partido. Con Gabri Ortega como epicentro de todas las acciones
gualdinegras, la UPP se movió entre las cuerdas como un sparring seminoqueado.
El descanso pedía cambios y los hubo. Luismi entró en lugar
de Durántez y Aarón bajó a echar una mano a Pedro Gilarte. Sin embargo, seguía
pareciendo que el Portugalete estuviera jugando en La Florida. Pero todo cambió
en un suspiro.
Mediavilla le sacó un mano a mano a Karim. El rechace le
cayó a Luismi y su disparo, con el meta fuera de sitio, lo sacó Artabe. El
juez de línea entendió que con el brazo. Penalti y expulsión. Luismi no
perdonó. Quedaba más de media hora por delante.
El Plasencia optó por agitar el incendio en vez de dar calma
con la manguera y ese nuevo escenario no le disgustó al Portugalete, que si
bien renunció al tercero, sí que gozó de más posesión de la que se le presupone
a un equipo con diez.
Las ocasiones locales llegaron a través del corazón y no de
la cabeza. Y por eso, a pesar de que algunas fueron muy claras, se fueron al
limbo. En el 67, Aarón no supo colocar el pie para embocar su volea. Y en el
81, Pascu lo intentó con un zurdazo lejano que sacó el meta. La pelota fue para
Luismi y su intento, con todo a favor, no cogió puerta.
Incluso, en la recta final, los aficionados llegaron a
cantar dos goles interruptus. El primero, de Aarón a un saque de esquina que
quedó anulado por falta. Y el segundo, cuando Cubería sacó sobre la línea ante
Luismi y Karim, en el rechace, chutó a la madera.
El marcador no fue la única noticia negativa para la UPP. Ya
en tiempo de descuento, Álex Jiménez se torció el tobillo y apenas pudo
acabarlo. Y en la recta final, Pascu se lanzó a la piscina y vio la segunda
tarjeta amarilla, por lo que no podría estar en el partido de vuelta.