Derrota. Y de las que duelen. El Extremadura Plasencia
mordió el polvo por primera vez en la presente temporada tras caer a causa de
un 'buzzer-beater' de Jordan Gregory, que mantuvo a flote al Marín Peixegalego
a lo largo de todo el encuentro y que puso broche a su fenomenal encuentro con
una canasta espectacular (82-81).
Duele que la derrota llegara sobre la bocina y duele que
fuera posible a causa de una falta inexistente de Arturo Fernández a dos
segundos para el final. El canario recuperó el balón con 80-81 en el marcador,
pero Paula Lema señaló personal décimas después y cuando el Plasencia ya
cantaba victoria. La colegiada, condicionada por alguna decisión anterior que
protestó el banquillo local, apeló a la ley de la compensación en el peor
momento posible.
Quizás el Plasencia debió solventar la papeleta antes de que
llegara ese dramático desenlace. El Marín andaba cortito de fondo de banquillo
y las faltas personales de algunos de sus mejores hombres le condicionaron a la
hora de defender.
Pero la verdad es que el Plasencia tampoco es que defendiera
mucho. O al menos no lo supo hacer con Jordan Gregory, prácticamente el único
argumento que esgrimió el Marín cuando el partido se ponía cuesta arriba.
El americano firmó un encuentro impecable a pesar de
disputar casi 33 minutos. Como no pudo ser de otra forma, suyas fueron la
primera y la última canasta.
Al Plasencia le costó entrar en el partido. El Marín alcanzó
una máxima de nueve en el minuto 5 (16-7), mientras el Plasencia no era capaz
de aprovechar su tremenda superioridad en el rebote. Una sucesión de triples
algo extravagantes ilustraba su pobre porcentaje en el primer cuarto (2 de 7).
Pantín era el único que era capaz de mantener a raya a las
torres placentinas. Cuando hizo la segunda o se retiraba al banco a tomar un
respiro, al Plasencia no le costaba voltear el marcador. Gallardo por fuera y
Mayot por dentro tiraban del carro (41-45 al descanso).
En el tercer cuarto regresó la falta de fluidez anotadora,
pero al Plasencia le bastaba algún triple esporádico para mantener el
equilibrio ante el descanso de Gregory (61-58).
Pero el americano regresó en el último parcial. Y de qué
forma. Pero también se vio la mejor versión de José Antonio Medina. Tremendo
pulso solo pudo encontrar solución en un final de infarto con el desenlace ya
comentado.