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CRÓNICA. El Plasencia más coral se reengancha a los playoffs de ascenso (86-68)

Martyce Kimbrough trata de defender la acción de José Antonio Medina. / PALMA
Extremadura Plasencia
86
Círculo Gijón
68
EXTREMADURA PLASENCIA.
Duane Morgan (17), José Antonio Medina (9), Diego Gallardo (13), Arturo Fernández (7), Marcellus Roberts (6) –cinco inicial-, Pablo Villarejo (7), Germán Martínez (1), Javier Cardito, Mario Álvarez (6), Vladimir Tomasevic (13) y Deng Mayot (7).
CÍRCULO GIJÓN.
Javier Menéndez (8), Martyce Kimbrough (9), Saúl Blanco (18), Joackim Yengue (9), Robert Swift (8) –cinco inicial-, Álex Rubiera (3), Nemanja Djordjevic (4) y Efosa Osayande (9).
PARCIALES:

21-21, 50-36, 68-53 y 86-68.
ÁRBITROS:
Marcos Gómez y Garvín Domingo.
INCIDENCIAS:
Pabellón Ciudad de Plasencia, 400 espectadores.













Juan Carlos Ramos / Plasencia


Importantísima victoria del Extremadura Plasencia ante el Círculo Gijón (86-68). Más allá de que el triunfo pudiera considerarse como previsible a tenor de la condición de colista de su rival, el éxito tiene varias lecturas para el equipo placentino. Por una parte, ha sumado por primera vez dos victorias seguidas. Por otra, ha sido capaz de reivindicar el papel de actores secundarios como Arturo Fernández, Tomasevic, Villarejo o Mayot. Y por última, se engancha de forma definitiva a lucha por los playoffs de ascenso.

El Plasencia repitió el guion de hace cuatro días en Amorebieta. Abrió brecha gracias a una salida a cancha espectacular, mordiendo en defensa y nublando las ideas del Círculo Gijón, donde solo la enorme calidad de Saúl Blanco mantenía a los asturianos a flote.

Las únicas ventajas del Gijón llegaron en los primeros diez minutos (13-14 y 21-22). Cuando el Plasencia empezó a martillear desde fuera, se allanó la victoria extremeña. El acierto de Vladimir Tomasevic permitió al Extremadura Plasencia abrir brecha hasta los diez puntos (35-25). Y aunque el Gijón trató de capear el temporal, los espectaculares porcentajes de tres de los placentinos  (50% al final del choque) casi finiquitaron el encuentro al descanso (50-36).

El Gijón trató de recobrar opciones tras la reanudación con una presión a toda cancha, algo que ya es tradicional en los rivales del Plasencia y que a menudo tiene éxito. Fue capaz de reducir la producción ofensiva de los jerteños, pero Duane Morgan volvió a tirar del carro para dejar un 60-47 a falta de diez minutos.

Cuando Morgan dejó de aportar, el Gijón se puso a ocho a falta de cinco minutos (71-63). Rafa Sanz rápidamente pidió tiempo muerto para eludir fantasmas y pedir calma. Surtió efecto, pero también lo hizo la apuesta del Gijón de tratar de reducir la desventaja con porcentaje de tres paupérrimo. Con una escasa rotación de ocho jugadores, al conjunto gijonés se le hizo demasiado largo el partido.