Si decíamos en la previa que este partido iba a servir para
calibrar objetivos, definitivamente la meta del Extremadura Plasencia este año
va a ser evitar el descenso a la Liga EBA. No solo porque el balance después de
siete jornadas sea de 2-5 (perfectamente remontable porque los playoffs están a
solo dos partidos), sino porque la inercia es claramente negativa y la imagen
baja enteros a medida que avanzan las jornadas.
El Cantabria Estela, sin realizar un baloncesto excelente,
sometió al Plasencia a un durísimo correctivo del que va a costar remontar el
vuelo. Volvieron a salir a la luz las carencias antes vistas, como la falta de
un director de juego experimentado o la incapacidad para jugar en estático. Y
si eso se añade el demoledor porcentaje desde la línea de tres (¡3 de 33!), se
entiende que se escucharan que se escucharan silbidos en una Bombonera siempre
fiel.
Hablando de La Bombonera, hagamos un paréntesis. Solo un
milagro permitió que el partido no acabara con jugadores lesionados. Una y otra
vez, caían resbalados al suelo. Ya sea por las goteras o por la condensación
del agua, este pabellón año tras año hace sonrojar a todos los placentinos.
La verdad es que los aficionados se fueron colorados a casa.
Primero por el espectáculo de patinaje sobre parquet y luego por la imagen de
su equipo. Una imagen que ciertamente fue decorosa en los primeros diez
minutos, dominados por el Estela gracias a rápidas transiciones y el dominio de
Nakidjim en la pintura. Solo Duane Morgan, por dentro, y algún que otro arreón
permitían aguantar el tipo (22-21 en el primer cuarto).
Un parcial de 0-13 al inicio del segundo cuarto acabó por
romper el partido. El Plasencia, sin ideas e inmersos en triples muy forzados,
ponía la alfombra a un Estela que no necesitaba forzar (35-42 al descanso).
El guion siguió siendo el mismo en la reanudación. Las máximas
cántabras se fueron reproduciendo a medida que el Plasencia perdía balones o
era incapaz de fabricar una acción clara de tiro. Medina, descentrado y sin
llegar a asumir un rol definido en el juego ofensivo, no anotó su primer punto
hasta el minuto 26. Su primera canasta la anotó a 04:40 para el final.
Con 44-61, sobraron los últimos diez minutos. Solo sirvieron
para que la afición local fuera enfadándose más y más a medida que los suyos
siguieran empeñados en batir récords negativos desde la línea de tres.