Derrota dentro de los pronósticos –fraguada en una nefasta
noche triplista-, pero de enorme trascendencia para las aspiraciones del Extremadura
Plasencia de cara a alcanzar uno de los seis primeros puestos que permitan
disputar la fase de ascenso. Con solo seis jornadas por delante, el equipo
placentino se queda a dos victorias de la zona de privilegio. Es decir, a
partir de ahora, jugará sin red de seguridad.
El Plasencia supo plantar cara en la primera parte. Se fue
al descanso con siete abajo (35-28), pero no realizó en absoluto un mal
partido. Defendió bien y fue superior en el rebote, pero dos factores clave se
cebaron sobre los placentinos en los primeros veinte minutos: su paupérrimo
acierto de triples (1/12) y sus numerosas pérdidas (12).
Y aun así fue capaz de dominar con pequeñas ventajas en el
primer cuarto, sobre todo gracias a su buena actitud en el rebote ofensivo.
Solo la entrada de Sonseca y su clarividencia en ataque dieron equilibrio al
final del primer asalto (15-15).
El Plasencia no fue capaz de acertar desde 6,75 ni con
Villarejo en cancha. Y con dos torres como Rodri Gómez y Sonseca por dentro, no
quedaba otra que salirse hacia afuera. Al Navarra tampoco le iban mejor las
cosas desde esa distancia, pero dos triples seguidos de Narros acabaron por
definir la ventaja con la que se movió el encuentro hasta el descanso: 35-28.
En la segunda mitad, el Plasencia siguió fallando desde el
perímetro. Sin embargo, los peores diez minutos del Navarra, sumido en errores
y precipitaciones, permitieron que los extremeños llegaran a remontar (44-46).
Solo la veteranía de Sonseca y Narros mantuvo a flote la nave pamplonica.
El Plasencia no hizo más daño porque, a excepción de Medina,
sus tiradores tuvieron su peor día. El 0/4 de Villarejo y el 1/8 de Gallardo
fueron una losa (en un acumulado de 6/31) que torpedearon las opciones del
equipo jerteño. El Navarra, sin hacer alardes y con 64-62 a falta de 03:30 para
el final, acabó decidiendo cuando enganchó dos triples seguidos y cuando
Sonseca quedó emparejado con Mario Álvarez. En ese par de minutos de tremenda
superioridad física, miguita a miguita, el exinternacional decantó el partido.
Al final, el Plasencia llegó a los últimos tres minutos
desfondado y sin ideas. Incluso, llegó a peligrar el average de +15 que llevaba
de tierras extremeñas.