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CRÓNICA. El Plasencia más irregular vuelve a tropezar con los finales malditos en Menorca (59-56)

Javier Cardito defiende la subida de balón de Javier Hernández. HESTIA MENORCA
Hestia Menorca
59
Extremadura Plasencia
56
HESTIA MENORCA.
Jan Orfila (8), Andreu Matalí (3), Javier Hernández (7), Ricky Pack (16), Adrián Méndez (2) –cinco inicial-, Jorge Jiménez (3), Duby Okeke (5), Quim Salvans (2), Gabriel Torres (2), Carlos Poyatos y Andrés Miso (11).
EXTREMADURA PLASENCIA.
Duane Morgan (9), José Antonio Medina (10), Germán Martínez (2), Arturo Fernández (12), Deng Mayot (5) –cinco inicial-, Pablo Villarejo (7), Diego Gallardo (6), Javier Cardito (1), Stefan Radosavljevic (2) y Mario Álvarez (2).
PARCIALES:

12-13, 31-36, 55-42 y 59-56.
+Estadísticas.
ÁRBITROS:
Pere Munar Bañón y José Javier Marqueta Gracia.
INCIDENCIAS:
Pavelló Menorca, 2.100 espectadores.



Juan Carlos Ramos / Plasencia


El Plasencia volvió a ser Jekyll y Hyde en un mismo partido. Completó unos primeros veinte minutos más que decentes en Menorca, pero todo lo que sucedió tras el descanso fue un despropósito. Y así y todo tuvo opciones para ganar. O al menos, forzar la prórroga. No lo aprovechó por dos veces y cosechó una derrota (60-57) que le deja en una situación más que delicada en esta fase por la permanencia.

El partido ya arrancó con mal pie, en un correcalles sin sentido que Rafa Sanz supo detener a tiempo (6-2). A partir de ahí, el Plasencia templó ánimos y, gracias a una gran defensa, retomó el dominio del marcador (12-13).

La aparición de Miso en la filas locales fue respondida con la inspiración de Villarejo tanto por fuera como en penetraciones. El Plasencia conseguía su máxima justo en el intervalo (31-36).

El tercer cuarto fue para olvidar. El Plasencia solo fue capaz de anotar seis puntos, un bagaje paupérrimo que solo encontraba parangón en el primer cuarto del 'amistoso' de Zamora al final de la liga regular. Con 55-42, todo parecía liquidado.

Sin embargo, la defensa en zona visitante bloqueó al Menorca, incapaz de anotar. El Plasencia pudo meterse en el partido y lo hubiera ganado si no fuera porque falló los últimos 17 triples que intentó.

Aun así, Medina tuvo tres tiros libres para empatar a 23 segundos para el final. Solo acertó dos (57-56). Con el 59-56 tras tiros libres locales, incomprensiblemente, Gallardo se jugó una penetración en vez de doblar el balón hacia fuera buscando el triple.