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CRÓNICA. El Plasencia asume en Vic que va directo hacia el descenso (81-61)

José Antonio Medina sube el balón en un partido anterior.
Universitat de Vic
81
Extremadura Plasencia
61
UNIVERSITAT DE VIC.
Luis Jacobo (8), Samu Domínguez (12), Nil Sabata (4), Xavier Torrent (7), Devon Campbell (8) –cinco inicial-, Julián Garrote (11), Guillem Comas, David Vidal (7), Jordi Iglesias (5) y Roger Fornas (19).
EXTREMADURA PLASENCIA.
Pablo Villarejo, Duane Morgan (14), José Antonio Medina (12), Germán Martínez (11), Deng Mayot (3) –cinco inicial-, Diego Gallardo (14), Javier Cardito, Stefan Radosavljevic, Mario Álvarez (6) y Arturo Fernández (1).
PARCIALES:

23-16, 51-21, 69-44 y 81-61.
+Estadísticas.
ÁRBITROS:
José María Terreros San Miguel y Javier Villanueva Tena.
INCIDENCIAS:
Pabellón Castell d'en Planes.






















Juan Carlos Ramos / Plasencia


Pesadilla en Vic. El Extremadura Plasencia consumó su quinta derrota seguida ante un rival directo en la lucha por la permanencia (81-61) y empieza a asumir que su destino es el descenso. Abultadísimo varapalo que deja al equipo placentino al filo del precipicio. Solo un inesperado accidente deportivo impedirá que juegue el próximo año en la Liga EBA.

Incluso, el Plasencia perdió el average de +14 con el que Plasencia viajaba a tierras catalanas. Y en los últimos cinco minutos, parece que a pocos les importaba. De esta forma, en las cinco jornadas restantes, tiene que esperar a que el Universitat de Vic coseche dos derrotas más que los extremeños. Es decir, si gana tres partidos, el Plasencia tendría que ganar los cinco. Las matemáticas aún son posibles, pero las sensaciones son terribles.

El Plasencia puso un pie en el descenso el día que Roberts y Morgan tuvieron que regresar a Estados Unidos a por el visado de trabajo. Y puso el otro pie cuando la directiva se empeñó en esperar a ambos (Roberts ni está ni se le espera) y remendar su ausencia con el fichaje de Stefan Radosavljevic a pesar del dictamen desfavorable del entrenador. El serbio solo jugó 02:18 en Vic.

El Plasencia juega casi sin pívots y los rivales se sienten como en un spa. Eso condiciona todo. Sin jugadores que temer por dentro, los rivales se preocupan más en poner trabas en el perímetro. Y Rafa Sanz, que pasa de Radosavljevic, poco puede hacer con dos 3,5 como Morgan y Mario y un 5 como Mayot, más tierno que un queso de Burgos.

Con un equipo como el Universitat de Vic que propone un correcalles, el Plasencia solo pudo alcanzar su paupérrima media de anotación en esta fase de permanencia: 61.

Y eso fue cuando el Vic levantó el pie del acelerador, porque la primera parte fue sonrojante. El Plasencia tuvo pilas hasta el 16-16, que coincidió con la entrada de los kilos de Fornals. A partir de ahí, los de Rafa Sanz fueron aniquilados, con un parcial demoledor de 35-5 en pleno desbarajuste técnico-táctico: 51-21 al descanso.

El Plasencia dio señales de dignidad en la segunda parte con una presión a toda cancha. Con 69-51 parecía que tenía intención de ganar el average. Nos equivocamos todos. El partido se diluyó entre intercambio de canastas, juegos de malabares y alguna antideportiva.