Aún falta una jornada para el final de la liga regular, pero se podría decir que ya está casi todo el pescado vendido. Sobre todo para los intereses placentinos. El Plasencia Extremadura se impuso al Unicaja de Málaga (72-65) y se aprovechó del tropiezo en casa del Enrique Soler ante el Covirán Granada para asegurar de forma definitiva la segunda plaza de la clasificación que le otorga disputar la fase de ascenso en Valladolid, a poco más de dos horas de la capital del Jerte. Por arriba, el Morón cumplió los pronósticos y se impuso sin problemas al GBP para cantar el alirón a falta de la última jornada.
En cuanto al partido ante el Unicaja, el Plasencia Extremadura fue de menos a más, algo comprensible al tener en cuenta que los malagueños se presentaron en La Bombonera con sólo siete jugadores disponibles. Mientras les aguantaron las fuerzas, demostraron por qué han estado peleando por los puestos de ascenso hasta las jornadas finales. Gracias a una defensa en zona y la superioridad física en la pintura, el Unicaja llegó a liderar el marcador hasta por diez puntos (13-23) rozando el final del primer cuarto.
Jesús Porras quiso paliar la falta de tensión local dando entrada a Manu Cores, un jugador que siempre asegura una buena dosis de intensidad. El Plasencia Extremadura logró revertir la situación, aunque en eso también tuvo mucho que ver que Marc Cuesta empezara a sentirse cómodo. A medida que fue encontrando tiros librados, el catalán marcó las diferencias. De esta forma, al Plasencia no le costó igualar el tanteo (30-30) e incluso irse con ventaja al descanso (38-36).
El Unicaja estaba tocado y ni siquiera los diez minutos en los vestuarios le sirvieron de refresco. El Plasencia plasmó su superioridad en la reanudación con tres triples y dos mates seguidos de Jesús Vargas que firmaron un parcial de 13-0 que dejó el partido encarrilado (51-36). A partir de ahí, el equipo malagueño no pudo más que hacer la goma sin demasiado peligro gracias a los tiros de Turbika y los rebotes de Soluade.
Con 66-51 se encararon los últimos diez minutos y con la sensación de que el triunfo estaba en el bolsillo placentino. Tanto fue así que a Jesús Porras no le tembló el pulso para dar el protagonismo en todo este periodo a su segunda unidad, que mantuvieron sin problemas la ventaja hasta el 72-65 final.
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