Tras su balsámica victoria frente al Moralo, al Club Deportivo
Badajoz le tocaba confirmar su tendencia a domicilio y un estadio tan
complicado como el Municipal placentino -que hasta ahora no había cedido ni un
solo punto- y ante un rival, la UP Plasencia, que esta temporada sueña en
grande y que ante los pacenses se jugaba el segundo puesto. Y sin hacer un
excelso partido, el CD Badajoz exhibió hechuras de equipo grande. No mostró
fisuras en defensa, controló el tempo del encuentro y tuvo paciencia para saber
esperar las ocasiones de gol. En el lado opuesto, quizás por el trabajo de
rival, la UPP no fue ni mucho menos el equipo de jornadas anteriores en casa.
Se mostró muy nervioso, sin fluidez en el centro del campo, y solo fue capaz de
llegar a la meta de Isi Jareño a cuentagotas.
Ambos técnicos introdujeron variantes tácticas en sus onces,
pero ninguna de las dos funcionaron. A causa de las molestias de Pedro Gilarte,
José Diego Pastelero sacó del eje de la zaga a Borrallo y le situó como escolta
de Bugatto en el centro del campo. Por ahí aparecieron resquicios que Julio
Rodao y David Parada supieron aprovechar para acelerar y pausar el juego a su
antojo. Por su parte, Agustín Izquierdo decidió dar la titularidad por primera
vez a Jaume Vidal en punta de lanza. El delantero mallorquín trabajó y
entorpeció la salida de balón local, pero no supo sacar partido de la
intranquilidad de Marco con el esférico en los pies.
Esta es una pequeña síntesis de lo que fue la primera media
hora de juego, ya que las ocasiones en este tramo brillaron por su ausencia.
Para ver el primer acercamiento con cierto peligro hubo que esperar al minuto
38, cuando Julio Rodao agarró un balón suelto en la frontal del área y con la
derecha dibujó una parábola que se fue lamiendo la escuadra. En el área
contraria, casi a continuación, Bugatto fue el que primero lo intentó de
disparo lejano.
La ocasión más clara llegó a tres minutos para el descanso,
cuando Marco pegó un resbalón, se fue al suelo y entregó el balón a Joaqui
Flores. El extremo se entretuvo en el mano a mano y permitió al central corregir
su error.
En la segunda mitad, el Plasencia pareció animarse un
poquito más. Incluso, gozó de su ocasión más clara en todo el partido a los 19
segundos de juego. José Mari asistió a la incorporación de Dieguito y el
gaditano, sin oposición, buscó la escuadra con una parábola que se fue por
centímetros.
Por su parte, el Badajoz comenzó a explotar una de las
carencias que tiene la UPP, como son las acciones a balón parado. En el 49,
tras un saque de esquina, Pozo de cabeza obligó a Manolo a volar para sacar el
balón de la portería.
La entrada de Joselu dotó de mayor clarividencia a las
acciones de ataque del Badajoz. El de Talarrubias supo jugar entre líneas para
asistir a sus compañeros o aprovechar segundas jugadas. Nada más entrar tuvo la
primera ante la falta de contundencia placentina en el despeje.
Hubo que esperar al minuto 69, cómo no, tras saque de
esquina, para que el equipo pacense se adelantara por fin en el marcador. El
córner botado por Joaqui Flores encontró la frente de Gabri, que, en carrera,
mandó el balón a la red a pesar de que Manolo llegó a tocar con los guantes
(0-1).
Fueron los peores minutos del Plasencia, que se vio superado
por banda derecha a través de las incursiones de Joaqui Flores. En el minuto
79, Chechu perdonó el 0-2 cuando estaba solo en el segundo palo.
En la recta final, la UPP se fue hacia arriba y por momentos
encerró al Badajoz en su área, pero más por ráfagas que por acciones trenzadas.
El Badajoz solventó la papeleta y en una contra acabó por sentenciar en el minuto
85. El disparo cruzado de Joaqui Flores fue desviado por Manolo, pero Álvaro
Juanals en carrera no pudo evitar que el balón le golpeara y acabara dentro
(0-2).
No hay comentarios