Lo que son las cosas. Antes del parón de liga había una
enorme preocupación sobre las prestaciones que ofrecía la línea de atrás de la
UP Plasencia; un partido después de la reanudación de la competición, el
desasosiego lo despierta el área de creación y de definición.
En Azuaga, Sergio Moyà estrenó titularidad en liga y, al
igual que en la Copa Federación, volvió a ser solvente. Apenas le tiraron entre
los tres palos, pero se mostró muy seguro en balones aéreos. Coincidencia o no,
volvió a mantener la portería a cero seis jornadas después.
En ello también influyó el espectacular debut que firmó el
argentino Jonás Basso en el eje de la zaga, impecable en la marca, en la
anticipación y en la lectura de juego. Más desapercibido pasó su compatriota
Jose Belliengi, aunque en su descargo hay que decir que tuvo que jugar en el
lateral contrario al que se desenvuelve con normalidad a causa de la sanción de
Pascu.
Tras las lesiones que azotaron la zaga semanas atrás, se
puede decir que la defensa ha recuperado toda la credibilidad.
Sin embargo, la falta de estabilidad ahora llega de medio
campo hacia adelante. Es posible que Amine no vuelva a ponerse la blanquinegra
y Karim ha pedido la carta de libertad para marcharse a otro equipo. El club no
le quiere dejar salir, al menos gratuitamente.
El africano no moja desde hace cinco partidos y el staff
técnico entiende que no tiene la cabeza dentro del campo ni tampoco el
compromiso necesario. En Azuaga no hubiera sido titular si no fuera porque
Luismi estuvo enfermo la noche anterior. Aun así, fue sustituido en el inicio
de la segunda mitad cuando su rendimiento seguía sin mejorar.
En cuanto a Amine, al que también le reprochan falta de
compromiso, lo peor de todo es que en la plantilla no hay un jugador con su
perfil de todocampista. Alberto Núñez está llamado a ocupar su rol, pero le
falta dar un golpe en la mesa; el otro elegido es Pedro Gilarte, que ha gustado
cuando ha jugado por dentro.
En cuanto al partido, el choque fue de ida y vuelta, con
constantes llegadas, pero tanto en uno como en otro equipo faltó el jugador que
filtrara el último pase. Por parte local, la más clara la tuvo Mogollón en el
minuto 11, pero Jonás Basso le barrió el balón cuando se disponía a dar el pase
de la muerte. Por parte visitante, la más clara llegó casi al final, tras una
jugada trenzada y un último pase de Aarón desde línea de fondo a boca de gol
que no encontró a Luismi.
Con la salida de Karim del campo, Pastelero probó con Javi
Casero de delantero centro y Manu Moreira de enganche, para dar opción a Aarón
de entrar más en contacto con el balón. El guion varió poco y el reparto de
puntos fue bastante justo.
No entraba dentro de los planes reforzar la delantera, pero
ante la posible estampida de Karim reforzar esa línea se hace más que
necesario. Un balance de 270 minutos sin ver puerta (dos de liga y una de Copa)
es bastante sintomático.
A pesar de dejarse dos puntos en lo que era la salida más
complicada en lo que queda de liga, la UPP sigue a nueve puntos del primer
puesto después de la derrota del Moralo ante el Diocesano.