Victoria gris, pero victoria, que es lo que cuenta. El
Extremadura Plasencia volvió a hacerse fuerte en casa para lograr un nuevo
triunfo al abrigo de sus aficionados que le permite salir virtualmente de los puestos de
descenso y ponerse a un solo partido de los playoffs de ascenso a la LEB Oro.
Un triunfo con muchos claros y nubes en el que hay que
agradecer al Baskonia el tiro que se pegó en el pie en los últimos segundos.
Con 74-75 y poco más de medio minuto para el final, Sander Raieste pudo dejar
el partido sentenciado. En vez de hacer una bandejita, quiso machacar y el
balón se fue al cielo.
No cesó ahí el 'harakiri' de los baskonistas, ya que en la
última posesión con 77-75 en el marcador, a escasos segundos para el final,
Rodney Williams volvió a ensayar el mate frustrado de su compañero que hubiera
forzado la prórroga. En esta ocasión, el balón salió repelido al perímetro,
donde Kurucs también falló el triple ganador sobre la bocina. Por una vez, la
suerte en los instantes postreros, sonrió a los placentinos.
Remontándonos a cuarenta minutos atrás, no fue un partido
bueno en absoluto, al menos por parte extremeña. A excepción del primer cuarto,
estuvo casi todo el choque a remolque, haciendo la goma gracias a un Seydou
Aboubacar que se exprimió casi hasta la extenuación para mantener a flote a su
equipo.
El Plasencia dominó en los primeros compases, pero la
entrada en juego de Kristaps Gluditis revirtió la situación. Con 16-16 se llegó
al final del primer cuarto.
En el segundo, Carlos Díaz decidió dar un descanso a Seydou,
pero el griego Ioannis Dimakopoulo (2,18 metros) se mostró muy superior a Álex
Galán, condicionado físicamente. Además, el pívot recién llegado Michael Mendes
mostró muchas carencias defensivas y el técnico sevillano solo le dio dos
minutos y medio.
El que sí defendía de forma intensa era el Baskonia,
favorecido por la permisividad arbitral. Ello desesperó a aficionados y los
propios interiores locales, que aun así fueron capaces de irse con ventaja al
descanso (37-36).
En la segunda mitad fue creciendo exponencialmente el
internacional sub-20 Miguel González, además del desgaste del base local Adrián
Fuentes, y el Baskonia llegó a gozar de una máxima de siete (52-59).
Con Seydou siendo dueño de las zonas y Mario Álvarez y
Fernando Sierra acertando desde fuera, el Plasencia creyó en la victoria, que a
punto se estuvo de escapar si Raieste o Williams se hubieran adornado menos.