Partido de los que dejan huella, de los que sirve para
reconciliar a equipo y afición si es que en algún momento hubieran estado
distanciados. En absoluto fue bonito o vistoso; en realidad, todo lo contrario.
Pero cuando el simple hecho de mantenerse en pie requiere un esfuerzo extra, el
hecho de conseguir tres puntos tiene un sabor extremadamente dulce. Sin ánimo
de exagerar, puede que la victoria de la UPP en Valdivia sea la de mayor mérito
de toda la temporada.
Además, el triunfo mantiene con vida al Plasencia en su
intento de alcanzar el playoff de ascenso cuando solo restan ocho jornadas para
el final de liga.
Visto el mal estado del césped del Primero de Mayo,
Pastelero prescindió de un hombre a la zaga con la idea de buscar más
prolongaciones y segundas jugadas en ataque.
La falta de costumbre y los desajustes defensivos
permitieron al Valdivia pisar el área con peligro en el arranque. Primero,
David Pérez ganó en velocidad a Edet, pero Ángel Luis no supo aprovechar el
pase atrás. El propio David Pérez volvió a desbordar minutos después para
disparar alto.
En el área contraria, Durántez respondió disparando cerca
del larguero en una prolongación de cabeza de Aarón, que se las llevó todas por
arriba y cuajó un partidazo. El medio catalán, al filo del descanso, también
tuvo la suya de volea casi a bocajarro.
En la segunda parte, el Plasencia salió mucho mejor
plantado. Sin embargo, con el Valdivia replegado atrás, llegó el amago de
infarto. Fue tras un pase filtrado para Ruco al que parecía llegar sin
problemas Álex Hernández. Edet quiso asegurar cargando al delantero y se jugó
el penalti. Si lo hubiera pitado, no hubiera pasado nada.
Casi a continuación llegó el 0-1 de Karim, en el minuto 63.
Saque de banda en largo de Durántez, nueva prolongación de Aarón y Karim, sin
dejarla caer, apuntilló a Peters.
Los jugadores del Valdivia reclamaron falta de Aarón sobre
el jugador que le cubría por delante, pero en las imágenes se puede comprobar
que ese contacto es producto del empujón previo de Serrejón sobre Aarón.
Las protestas del posible penalti y la jugada del gol
encendieron el ímpetu de los jugadores locales y amedrentó a Rubio Álvarez, que
pasó por alto algún que otro manotazo delante de su cara.
Con el partido controlado, Álex Hernández también su cuota
de protagonismo cuando, casi sobre la bocina, sacó una mano espectacular tras
una falta botada por David Pérez. A la contra, Karim y Alberto Núñez pudieron
evitar el sufrimiento final.