El decano de la LEB Plata seguirĂĄ en la LEB Plata. El
Extremadura Plasencia podrĂa afrontar su undĂ©cima temporada en la tercera
categorĂa del baloncesto nacional tras lograr la permanencia en la Ășltima
jornada de la liga regular. Necesitaba imponerse en casa al Ăvila (algo que
hizo con relativa comodidad y por 84-72) y que el Cambados perdiera en la
cancha de La Roda (algo que también llegó con un inesperado sufrimiento).
Ăxito para Dani GarcĂa, que regresĂł a Plasencia hace un mes
y medio para salvar al equipo a falta de seis jornadas. El técnico cåntabro
vuelve a escribir su nombre con letra de oro en libro histĂłrico del club.
Emplaza su continuidad a la formaciĂłn de un proyecto de carĂĄcter mĂĄs ambicioso.
En cuanto al partido, honor al Ăvila, que fue capaz de
mantener el tono competitivo desde el principio hasta el final. Da igual que
tuviera el factor cancha de los playoffs asegurados o que empiece los cruces
este miĂ©rcoles. Hizo sudar la victoria a los placentinos hasta los Ășltimos
minutos.
Las primeras ventajas correspondieron a los abulenses. En
eso tambiĂ©n influyeron los pobres porcentajes del Plasencia desde el perĂmetro.
Sin llegar a jugar mal del todo, el Plasencia vio cĂłmo en el inicio del segundo
cuarto iba siete abajo (16-23).
La entrada en juego de Dylan Poston fue providencial para
que el partido cambiara de color. El americano cuajĂł su mejor partido desde su
llegada a Plasencia y su 7 de 8 en lanzamientos triples acabĂł por noquear al
conjunto verderĂłn. Con 41-37 se llegĂł al descanso.
Esa relativa igualdad, a pesar del estado de gracia de
Poston, vino motivada por unos muy buenos minutos de Sidao Santana y Robinson
Opong. Cuando el brasileño empezó a pagar el desgaste y el alero se retiró al
banquillo con una torcedura de tobillo, la victoria placentina comenzĂł a cobrar
forma (61-54 al final del tercer cuarto).
La permanencia extremeña era algo virtual, ya que el
Cambados iba perdiendo por 23 puntos. Sin embargo, el silencio poco a poco se
fue apoderando de La Bombonera y los aficionados dejaron de seguir el partido y
empezaron a mirar sus mĂłviles. La Roda inexplicamente dejĂł de jugar y los
gallegos remontaron en cuestiĂłn de seis minutos.
Con la victoria cerrada en 84-72, los jugadores del
Plasencia vivieron minutos de incertidumbre a la espera de saber el resultado
de La Roda. Los manchegos volvieron a tirar de deportividad y evitaron una
derrota que hubiera manchado mucho su imagen. La Bombonera, entonces sĂ, fue
una fiesta.