Antes del partido, un empate ante el hegemónico Cacereño se
hubiera celebrado con fuegos artificiales. Después del partido, tras ver el
desarrollo de los acontecimientos, el punto para la UPP deja un innegable sabor
amargo. No agridulce, amargo.
Tras el golazo de Kevin en el minuto 63, el partido parecía
finiquitado. Sobre el tapete del Príncipe Felipe se jugaba a lo que proponía la
UPP, mientras que el Cacereño no solo era incapaz de poner en aprietos a Sergio
Moya, sino tan siquiera tirar entre los tres palos.
Con la autoexpulsión de David Durántez a un cuarto de hora
para el final, el Cacereño encerró al Plasencia y acabó firmando un empate que
deja más satisfechos a los verdes que a los blanquinegros.
En líneas generales, el partido de la UPP fue impecable
desde el arranque hasta el tiempo de descuento, con la ya citada salvedad de la
expulsión de Durántez. Los de Luismi controlaron el encuentro en la primera
mitad gracias a un imperial Pedro Gilarte, dueño del centro del campo y que
encontró en Aarón un perfecto aliado para mantener el balón a salvo.
El Cacereño apenas se acercó a la portería de Sergio Moya y
las únicas llegadas con cierto peligro antes del descanso fueron unionistas.
Manu Moreira probó suerte desde lejos en el minuto 28; y en el 38, Kevin no
acertó a conectar en boca de gol un disparo cruzado de Belli.
En las postrimerías de la primera mitad se empezó a calentar
el partido. Álex Rubio fue a puntear un balón que tenía fajado entre los
guantes Sergio Moya, Durántez le recriminó la acción apuntando con el dedo en
la frente y el delantero cayó desplomado simulando una agresión.
Desconsideración de uno y fingimiento del otro, ambos se ahorraron la amarilla.
En la segunda parte, el Cacereño dio un paso hacia adelante
y eso no le molestó al Plasencia. La pegada local era nula, ya fuera por el
trabajo defensivo placentino, el estado del césped o la falta de ritmo de Álex
Rubio, que reaparecía después de tres semanas de lesión.
El que sí está enchufado es Kevin, que fabricó de la nada todo
un golazo. Corría el minuto 63, cayó un balón desde el cielo y el argentino,
más allá del punto de penalti, se revolvió para conectar una chilena que
sorprendió a Bernabé (0-1).
El Cacereño no tuvo capacidad de reacción y el Plasencia
empezó a dormir el partido para dejar transcurrir los minutos con tranquilidad.
Entonces llegó la expulsión de Durántez por dar una patada por detrás sin
balón.
A falta de diez minutos, Luismi trató de reconstruir la
defensa dando entrada a Juanals. El Cacereño no tardó ni tres minutos en
encontrar espacios y establecer el 1-1 por mediación de Collantes.
Con diez minutos por delante más el descuento, la UPP se
atrincheró bien ante la falta de ideas del Cacereño, que se limitó a buscar
centros laterales bien cubiertos siempre por Sergio Moya.